domingo, 10 de enero de 2010

LA NATIVIDAD DEL SEÑOR. LAS TRADICCIONES NAVIDEÑAS Y SU VERDADERO SIGNIFICADO

1.-LA FIESTA DE LA NAVIDAD:

La fiesta de Navidad fue instituida por la Iglesia en el siglo IV y es originaria de la Iglesia latina y mas propiamente de la Sede Apostólica de Roma.
Por falta de documentos exactos sobre el nacimiento de nuestro Señor, no existe una certeza absoluta acerca del año, que algunos escritores sagrados y profanos señalan entre el 147 y 748 de la fundación de Roma (del 7 al 5 de la Era vulgar), y del día, que han hecho oscilar entre el 17 de diciembre y el 29 de mayo.


En vistas a estas dudas, los cristianos orientales, a partir del siglo II, comenzaron a celebrar la Navidad los primeros días de enero, y con preferencia el 6, fiesta de la Epifanía o de la Manifestación del Señor, en donde se englobaban diversos episodios: la Natividad, la Adoración de los Reyes Magos, el Bautismo, etc. Esta celebración se difundió en occidente.
Hacia el siglo III, Hipólito es el primero en fijar la fecha el día 25 de diciembre, en su comentario al libro del profeta Daniel.
La fiesta celebrada el 6 de enero y que englobaba los primeros misterios de la vida de Cristo ya había pasado casi a toda la Iglesia universal en el siglo IV, pero en Roma, dada la falta de certeza absoluta de la fecha y en vistas a asestar un golpe mas al paganismo que celebraba la fiesta del Sol invicto, en honor al dios Mitra, el día 25 de diciembre (coincidente con el solsticio deinvierno), según lo indicado por el calendario Filocaliano, la Iglesia romana separó de la Epifanía la memoria del Nacimiento del verdadero Sol de Justicia, Jesucristo, y la traslado definitivamente a esa fecha que se mantuvo a partir de entonces hasta nuestros días.


A pesar de ser una fiesta instaurada en la Iglesia latina, a fines del siglo IV, San Juan Crisostomo la implanto en Antioquía, y de allí paso a Constantinopla. A mediados del siglo V se celebraba ya en Jerusalén y por el año 430 en Alejandría desde donde se extendió a otras Iglesias orientales. No obstante, las Iglesias llamadas Ortodoxas, nunca adoptaron absolutamente la fecha del 25 de diciembre y muchas volvieron al 6 de enero, sobre todo luego del cisma del 1059 en que se separaron de Roma.

2.-EL 25 DE DICIEMBRE Y LA NAVIDAD:

La navidad se celebra el 25 de diciembre desde el siglo IV, en la misma fecha en que celebraba una antigua fiesta pagana al sol por varias razones: porque es el triunfo de la Iglesia sobre el paganismo (recordemos que el cristianismo sufrió persecución en los primeros siglos, pero para el siglo IV las cosas habían cambiado), al cual desplaza y sustituye en la nueva vida en Cristo, y por el significado del sol para el cristianismo en la persona de Cristo. Navidad no es el 24 de diciembre, es TODO el 25 de diciembre. Eso sí: Navidad NO ES LA CELEBRACION DE UNA FECHA, SINO DE UN HECHO, el nacimiento del Salvador, evento absolutamente decisivo en la historia de la salvación. Es entonces una conmemoración del significado de ese hecho. Se lee en las profecías:

"Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: “Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz.” (Is 9, 5)

Ese hecho fue de tal magnitud que todo el cielo lo celebró:

"De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: “Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.” " (Lc 2, 13-14)

Nosotros, los beneficiados con este hecho, tenemos no solamente motivos sino una verdadera obligación de celebrarlo.
Claro que el día de Navidad también coincide con una festividad bíblica: la conmemoración de la purificación e iluminación del templo por obra de los Macabeos, que es exactamente el 25 del noveno mes del calendario judío (Kisleu). A esa fiesta se le llama "Hannuká". Así consta en
2 Macabeos 1, 18:
"Ya que vamos a celebrar la purificación del Templo el veinticinco del mes de Casleu, pensamos que es bueno avisarles para que ustedes también celebren la fiesta de las Tiendas y del Fuego que apareció cuando Nehemías ofreció sacrificios después de haber reconstruido el Santuario y el altar."



Ahora bien. Piensa en la vida sobre la tierra, ¿podría existir sin el sol? Ahora piensa en ti, ¿podrías tener veradera vida sin Jesús? Tampoco. Porque desde las profecías Jesús es anunciado como el sol de justicia. Dijo el profeta Malaquías:


"Porque ya llega el día, ardiente como un horno. Todos los orgullosos y los que hacen el mal serán quemados como paja por el fuego de ese día. No quedarán de ellos ni ramas ni raíces. Pero, en cambio, para ustedes que respetan mi Nombre, brillará el sol de justicia, que traerá en sus rayos la salud; ustedes saldrán saltando como terneros cebados." (Ml 3, 19-20)


Es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, el Sol que hace retroceder las tinieblas. En San Lucas, Zacarías -padre de San Juan Bautista- recita lleno del Espíritu Santo y dirigiéndose a su hijo:


"Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo porque irás delante del Señor para prepararle sus caminos, para decir a su pueblo lo que será su salvación. Pues van a recibir el perdón de sus pecados, obra de la misericordia de nuestro Dios, cuando venga de lo alto para visitarnos cual sol naciente, ..." (Lc 1, 76-78)


Por ello, además de los motivos ya señalados, resultó natural reemplazar con Navidad la celebración civil llamada "Dies natalis invicti Solis" (el día del natalicio del sol invicto), celebrada tanto en Roma como en Persia el 25 de Diciembre.


Pero como lo importante es el significado, todo lo anterior significa en últimas que el sol llega a nuestra vida, la cual debe estar lista para fructificar bajo su luz ("Yo soy la luz del mundo" dijo Jesús en Jn 8, 12), de aquí que la temporada de adviento sea de penitencia y reflexión (ese es el sentido del color morado en los trajes de los sacerdotes en las misas, el mismo color de la cuaresma). Como dijo el Santo Padre Juan Pablo II:


"Jesús nace para la humanidad que busca libertad y paz; nace para todo hombre oprimido por el pecado, necesitado de salvación y sediento de esperanza."

3.-LA NAVIDAD CRISTIANA Y LA NAVIDAD CONSUMISTA:

Navidad es una fiesta que está bajo un ataque tremendo en estos últimos tiempos. Santa Claus ha tomado el lugar de JESUS-niño y el mall o el centro comercial ha tomado el lugar del templo. Que triste que el Domingo antes de Navidad los estacionamientos de las Iglesias estén vacíos y en los centros comerciales sea una hazaña encontrar un lugar donde estacionar el carro. Dice la Palabra de Dios:"Donde está tu tesoro, allí esta tu corazón" (Mat.6:21) Dónde está tu corazón? En un centro comercial?…. Cuando llegue la tribulación a tu vida, a donde vas a ir a buscar consuelo y paz? Al centro comercial?


Navidad es una fiesta de cumpleaños donde se le compran regalos a todos menos al niño que cumple. Donde se hace una fiesta y no se invita al homenajeado, donde aún se trata de que no se mencione el nombre del niño que nació, que triste, su nombre es JESUS. El Apóstol Pablo, un hombre que un día fue su enemigo y que se rindió a El, dice que: frente a ese nombre se doblará toda rodilla en el cielo, en la tierra, y hasta en el infierno y a este "nombre sobre todo nombre" lo queremos borrar de nuestras vidas.


Para más confusión y desconsuelo en los últimos años, hemos visto surgir ciertos lideres (vamos a llamarlos así) cristianos que se han sumado a la campaña de enemigos de la Navidad. Desde estaciones radiales gritan: Es una fiesta pagana!, y se basan en esta "guerra santa" contra la celebración del nacimiento de Jesús, en que la antigua Roma celebraba ese día la fiesta del "sol invicto". Al diablo no le faltan "casualidades". Otros grandes estudiosos de la Palabra de Dios reclaman que Jesús no nació en esta fecha. Por lo tanto la solución para muchos es olvidarse de esta fiesta. Pobres predicadores que quieren privar al cristianismo de lo más hermoso de Aquel que le dio vida, la sensibilidad.


Para los que unen sus fuerzas con el enemigo aclaremos algunos puntos:


Los cristianos no celebramos fechas, celebramos hechos. Nosotros nos alegramos y celebramos el hecho de Aquel que no cabe en el universo quiso nacer de una virgen en este pequeño planeta del inmenso universo para reconciliar al hombre con su Creador.


Como todo hecho neotestamentario, la Navidad tiene precedencia bíblica. Inclusive, el día 25 de Diciembre ya era celebrado en el antiguo Pacto, para los "fundamentalistas" les voy a dar el dato: se encuentra en el primer libro de los Macabeos 4-52. Aunque este libro está considerado por muchos cristianos como deuterocanónico (apócrifo) ningún estudioso serio dudaría de su valor histórico.Judas Macabeos y sus hermanos ordenaron a los sacerdotes que purificaran el santuario y echaran fuera el altar profanado. En su lugar se edificó un nuevo altar y en la madrugada del 25 de kisleu, correspondiente a nuestro mes de diciembre, fue consagrado. La fachada del templo fue adornada, se encendieron luces y fue grande la alegría en el pueblo. Este es el origen de la fiesta de "Hanukah", donde también se le dan regalos a los niños.
También en la madrugada del 25 de kisleu, los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús. Así como el altar profanado fue echado fuera y se construyó un altar nuevo, así también el sacrificio antiguo y una ley profanada por preceptos humanos fueron anulados con el nacimiento del Mesías y un nuevo altar con un sacrificio perfecto fue instaurado para regocijo y salvación de toda la humanidad.


En el Libro de Ageo 2,10 leemos algo que confirma y profetiza lo que celebramos y de Nuevo apunta al dia 25 de Dciembre como fecha del nacimiento de Jesús, dice “El día veinticuatro del noveno mes, el año segundo de Darío, dirigió Yahvé la palabra al profeta Ageo en estos términos: ...” y en el 2, 18-19 “Prestad, pues, atención a partir de este día (desde el día veinticuatro del noveno mes, día en que se echaron los cimientos del Templo de Yahvé, prestad atención): ¿hay grano ahora en el granero? Pues si ni la vid ni la higuera ni el granado ni el olivo producían fruto, desde este día yo los bendeciré”. Si nos atenemos a que el mes de Nisán, llamado en la Biblia “el mes primero”, Éxodo 12,2, que corresponde al Abril de nosotros, entonces el mes noveno sería el Kislev que para nosotros sería el mes de diciembre, luego si Jesús es la Piedra angular según Hechos 4,11 y por tanto el cimiento principal del Nuevo Templo, entonces el profeta Ageo pareciera haber profetizado la fecha exacta de su nacimiento y el comienzo de las bendiciones.


Este es el verdadero sentido de la Navidad, cuyo centro es Jesús y no un centro comercial o una fiesta pagana. Rescatemos la Navidad para Cristo y cantemos con los ángeles de Belén: "Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los hombres que confían en El."


¿Hemos de limitarnos a llenarnos de signos exteriores, como hermosos adornos, guirnaldas y enormes árboles de navidad? ¿Hemos de limitarnos a servir opulentas cenas y entregar costosos regalos?
¿Hemos de limitarnos a arreglarnos y vestirnos lo mejor que podamos? Todo eso es exterior.
No debemos caer en lo comentado en el libro de Isaías:


"El Señor Yavé de los ejércitos los invitaba aquel día a llorar y lamentar sus pecados, a cortarse el pelo y a vestirse con un saco. Pero prefirieron reír y divertirse. Mataron bueyes y degollaron ovejas, comieron carne y bebieron vino: “Comamos y bebamos, que mañana moriremos.” Ahora bien, Yavé de los ejércitos me ha comunicado esto: “Esta falta sólo será pagada por su muerte.” " (Is 22, 12-14)


Dijo Jesús:


"Cuiden de ustedes mismos, no sea que la vida depravada, las borracheras o las preocupaciones de este mundo los vuelvan interiormente torpes y ese día caiga sobre ustedes de improviso..." Lucas 21:34


El alejamiento de Dios es la muerte en vida. Entonces, es necesario recordar la advertencia de Jesús:


"¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes son como sepulcros bien pintados, que se ven maravillosos, pero que por dentro están llenos de huesos y de toda clase de podredumbre. Ustedes también aparentan como que fueran personas muy correctas, pero en su interior están llenos de falsedad y de maldad. " (Mt 23, 27-28)


Y dice Jesús en otra parte:


"El Señor le dijo: “Así son ustedes, los fariseos. Ustedes limpian por fuera las copas y platos, pero el interior de ustedes está lleno de rapiñas y perversidades. ¡Estúpidos! " (Lc 11, 39)


La dureza de la expresión es significativa, porque el que se concentra en las cosas exteriores está irrespetando a Dios, siendo que lo sensato es preparar nuestro corazón para que el Señor venga, lo que es una renovación interior que no es posible sin el Señor. Por eso pide el salmista:


"Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un firme espíritu." (Sal 51, 12)


Y es que el Señor no rechaza el corazón que se convierte honestamente:


"Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré, pues no desdeñas a un corazón contrito." (Sal 51, 19)


En fin, que esta temporada de adviento camino de la navidad, y la navidad misma, sean ocasión especial para que el Señor nos regale un corazón sensato:


"Enséñanos lo que valen nuestros días, para que adquiramos un corazón sensato." (Sal 90, 12)


Pero ello siempre que seamos como la buena tierra bajo el sol en la que fructifica la palabra de Dios, tal como ocurre en la parábola del sembrador (Lc 8, 4-18).


"Y lo que cae en tierra buena son los que reciben la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y, perseverando, dan fruto" (Lc 8, 15)


Entonces, ¿qué quieres ser para el Señor? Di con el salmista:


"Pero yo quiero ser olivo vigoroso en la casa de Dios, en el amor de Dios yo me confío para siempre jamás." (Sal 52, 10)


Ahí está la palabra de Dios:


" Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Así caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios." (Ez 11, 19-20)·


Así es que tiene sentido la Navidad. Así es que tienen sentido los adornos y las celebraciones, pero en la sencillez que gusta al Señor que es la que conviene a nuestra naturaleza y todo como testigos de una realidad eterna y no pasajera:


"Y esto es lo que vi: Dios hizo sencillo al ser humano, pero ellos se han buscado mil problemas." (Eclo 7, 29)


Que esta Navidad sea otra ocasión para el nacimiento de Jesús pero en nuestro corazón, lo que supone que nazcamos a la nueva vida como El mismo nos lo enseñó:


"“En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba.”Nicodemo le dijo: “¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al vientre de su madre para nacer otra vez?” Jesús le contestó: “En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu." (Jn 3, 4-6)


4.-LAS TRADICCIONES NAVIDEÑAS:
4.1.-EL PESEBRE:


Dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no encontraron sitio en el alojamiento. (Lc. 2,7)

En un sólo versículo, con muy pocas palabras, el Evangelista Lucas narra el suceso más grande de la historia: el nacimiento de Jesús. Las palabras sobran. El acontecimiento habla por sí solo. Se han cumplido todas las esperanzas del pueblo de Israel. Dios se ha hecho hombre en medio de los hombres para que los hombres puedan llegar a Dios.

Y como a todo hombre, su Madre lo envuelve en pañales, pero tiene que recostarlo en un pesebre porque no había lugar para ellos en el alojamiento; un albergue singular debido a las circunstancias de la afluencia de gente con ocasión del censo, seguramente una suposición del evangelista para justificar el empleo del pesebre. Es significativo que Lucas se refiera en varias ocasiones al pesebre y a los pañales, pero en ningún momento como signos de pobreza. Sólo las especulaciones populares han querido rodear a los padres de Jesús y al nacimiento, de un hálito de miseria. El pesebre aparece en el profeta Isaías (1,3) cuando Dios se queja de que el buey conoce a su amo y el asno conoce el pesebre de su señor; pero Israel no me conoce, mi pueblo no recapacita sobre mí. Para Lucas estas palabras ya no tienen vigencia, porque por medio de los pastores que van al pesebre movidos por el anuncio celestial, y que al encontrar allí al Niño comienzan a alabar a Dios, nos está diciendo que el pueblo de Israel ha reconocido al Señor en el pesebre.


Tanto el profeta Isaías como el evangelista utilizan la misma palabra griega patné, el comedero para el ganado; las investigaciones arqueo lógicas muestran que en la época del nacimiento de Jesús en Palestina, los comederos para animales podían estar excavados en la roca de la pared, con una parte fabricada en barro.

Los pañales tampoco son signo de pobreza. También a Salomón, el más rico de los reyes, lo envolvieron en pañales: Me criaron con mimo entre pañales, ningún rey empezó de otra manera (Sab 7,4-5); pero sí son signo, junto con el pesebre, para los pastores (cfr. Lc 2,12.16). Allí, en el pesebre, envuelto en pañales, podrán encontrarlo todos los que pueden interpretar los signos que el Señor nos ofrece.

Cuando armamos el pesebre se unen varias tradiciones del Antiguo y del Nuevo Testamento, recreadas por la imaginación popular, muchas veces a través de los evangelios apócrifos. Pero la historia del pesebre se remonta al año 1223, en Greccio (Italia), cuando San Francisco de Asís celebró la Navidad con un grupo de campesinos de la región, en un establo vecino a su convento; el Niño, la Virgen, San José y los pastores eran personajes reales, como reales fueron el buey, la mula y las ovejas.

En la Europa de entonces, los ritos cristianos estaban revestidos de un lenguaje difícil de comprender para la gente común, que seguía las ceremonias y las palabras sin entender su significado; los catequistas y predicadores a menudo explicaban los dogmas valiéndose de representaciones escénicas o pequeños cuadros. Deseaba San Francisco por medio de esta representación, permitir a los campesinos participar del misterio que encierra el Dios hecho hombre en esa noche de Navidad.

A media noche, Francisco actuó como diácono en la celebración de la eucaristía (nunca se atrevió a llegar al sacerdocio), pero tuvo a su cargo la homilía. Dicen los que le vieron que parecía transportado en espíritu al mismo portal de Belén y "entre suspiros y lágrimas, paladeaba gustoso cada una de las palabras del dulcísimo nombre de Jesús y cada vez que articulaba la palabra Bethlehem era tanta la expresión que ponía en sus sílabas que parecía exhalar el balido de la más tierna de las ovejas".

Esta ceremonia tan bella y significativa, se difundió por toda Europa; cuando la representación dejó de ser necesaria para la instrucción de los adultos en la historia de Navidad, siguió como una decoración para la ocasión, al mismo tiempo que para acercar a los niños al misterio navideño.

BUEY, ASNO,PASTORES Y REYES:

Ya tuvimos ocasión de mencionar al profeta Isaías cuando nos habla del pesebre, con el buey y el asno. La versión de Habacuc 3,3 en los Setenta dice: te darás a conocer en medio de dos animales, la sigue la antigua Vulgata, y la cita el Evangelio apócrifo de Pseudo Mateo XIV . Parece que en la tradición cristiana muy antigua y en la iconografía del siglo IV figuran el buey y el asno en el pesebre. En el fresco de una de las galerías del cementerio de San Sebastián en la vía Appia, se encuentran la mula y el buey arrodillados ante el Niño envuelto en pañales. El autor de este apócrifo de la Infancia no quiso renunciar a esta tradición que para algunos era tenida por histórica y tuvo que recurrir al artificio de trasladar a los tres días del nacimiento, de la gruta en donde había nacido el niño a un establo, en donde María lo recostó en un pesebre y el buey y el asno le adoraron.


No faltaron entonces las explicaciones populares: como María y José debieron trasladarse hasta Belén para cumplir con la obligación del empadronamiento, el viaje lo hicieron en un asno que debió estar al lado de Jesús. Tampoco faltó quien explicara la esterilidad de la mula porque se comía las pajas del pesebre.

Los pastores y los magos son también personajes centrales en los pesebres.

Los pastores reciben el anuncio del nacimiento del niño, según el evangelista Lucas; la piedad popular creó alrededor de estas figuras el hálito de pobreza y humildad que no tenían en el tiempo en que se escribió el evangelio. En tiempos de Jesús, los pastores eran considerados como gente no honrada, al margen de la ley porque con frecuencia apacentaban sus rebaños en campos ajenos; y por eso para algunos comentaristas del evangelio, encarnan a los pecadores a quienes Jesús viene a salvar. Sin embargo, los pastores ligados a Belén, la pequeña ciudad que se hace grande porque de ella nace el jefe de Israel (Mi 5,1), reciben el anuncio de la buena noticia que es para todos los hombres: hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.

Esta buena nueva permite comprender cómo se ha cumplido la profecía de Isaías: Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha da do. Este niño es el heredero del trono de David: maravilloso consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Por eso, los pastores al acudir a Belén y encontrar al niño recostado en un pesebre y envuelto en pañales según la señal que les había dado el ángel, lo reconocen, y alaban a Dios por lo que habían visto y oído. Por eso los pastores simbolizan a los futuros creyentes que se encuentran con Dios al aceptar su mensaje e interpretar sus símbolos.

Después, los pastores desaparecen de la escena; ninguna narración posterior nos habla de ellos, ni se recuerdan sus nombres. Su papel simbólico es grande: en los pastores del pesebre estamos representados todos los que, porque creemos, somos capaces de doblar la rodilla ante el niño recién nacido. Nos trasladamos ahora a la narración del Evangelio de la Infancia de Mateo, para encontrarnos con unos personajes muy especiales que la imaginación popular ha rodeado de fantasía, pero que tienen un significado muy profundo en la reflexión de Navidad: los Magos de Oriente.

¿Qué significa para Mateo magoi? En la antigüedad este término designaba a los que se dedicaban a las ciencias ocultas y por lo tanto se empleaba para llamar a los astrólogos, hechiceros, augures sacerdotales y adivinos de diversa índole. La descripción que hace Mateo sobre los magos interpretando una estrella nos inclina a considerarlos astrólogos, hombres cultos, representantes de lo mejor del saber y de la religiosidad pagana que los llevó a encontrar a Jesús a través de la revelación natural.

La descripción que hace Mateo de los magos interpretando la aparición de una estrella, nos permite pensar que eran astrólogos, hombres cultos, representantes de lo mejor del saber y de la religiosidad pagana que los llevó a encontrar a Jesús a través de la revelación natural.
No se dice la localización precisa: de Oriente apo anatolon, expresión igual a la que aparece en el relato de Balaán que ve surgir la estrella en el oriente. Sin embargo, los estudiosos de la Biblia han tratado de identificar a qué lugar del Oriente se ha querido referir Mateo. Veamos las probabilidades:



Partia o Persia. En favor de esta teoría está la historia del término magoi, asociada en principio a los medos y a los persas. Durante casi 500 años, entre el 250 a. C. y 225 d. C. la dinastía arsácida se estableció como heredera del pueblo persa. El arte cristiano primitivo representa a los magos del Nuevo Testamento con indumentaria persa o parta, es decir con túnicas ceñidas, de mangas largas, con pantalones y gorro frigio. Este modo de pintarlos originó un famoso incidente ocurrido en la basílica en Belén que construyó Constantino y reconstruyó Justiniano. En el año 614, los ejércitos de Cosroes, de la dinastía sasánida de reyes persas, cayeron sobre Palestina haciendo estragos y quemando iglesias. Sin embargo, no destruyeron la basílica de Belén debido a que en un mosaico aparecían los magos con indumentaria persa: reconocieron a sus compatriotas. La noticia aparece en una carta del 836, relacionada con el sínodo de Jerusalén.


Otro argumento en favor de Persia es el trasfondo zoroástrico de los magos. El evangelio árabe de la infancia (uno de los evangelios apócrifos que mencionábamos al principio) dice que: "vinieron a Jerusalén unos magos según la predicción de Zaradust", es decir Zoroastro quien según el manuscrito laurentiano del siglo XIII conservado en Florencia, hizo una profecía en la que declaró que una virgen había de dar a luz un hijo que sería sacrificado por los judíos y que luego subiría al cielo. A su nacimiento aparecía una estrella, bajo cuya guía se encaminarían los Magos a Belén y adorarían allí al recién nacido. También el códice Fb dice que los magos venían apo Persidos, es decir, de Persia.

Babilonia. Entre los babilonios o caldeos se había despertado un gran interés por la astronomía y la astrología. Además, después del destierro babilónico del siglo VI a. C. se había establecido allí una gran colonia judía, de manera que los astrólogos babilónicos podían estar enterados de las expectaciones mesiánicas judías y asociar una estrella con el rey de los judíos.

Arabia o el desierto sirio. Quienes afirman la procedencia de los magos de esta región se apoyan en los regalos que traen los Magos en Mateo. Si leemos al profeta Isaías 60,6: Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Medián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor; y el Salmo 72,10-11.15: que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo, que los reyes de Sabá y Arabia le ofrezcan sus dones... que viva y que le traigan el oro de Sabá, los dones que presentan los magos de Mateo están en relación con las caravanas que venían de Arabia.

Es ésta la teoría más antigua sobre la procedencia de los magos. Desde el año 160 d. C Justino escribía: "Unos magos de Arabia llegaron hasta él" refiriéndose a Herodes (Diálogo 1xxviii,1). Nada se nos dice en el evangelio sobre sus nombres y se explicita el número. Tradiciones cristianas posteriores se los asignan, probablemente entre los siglos VII y VIII d. C:
"Los magos fueron los únicos que entregaron regalos al Señor. Se dice que el primero fue Melchor, un anciano de cabello blanco y larga barba..., que ofreció oro al Señor como a rey. El segundo, de nombre Gaspar, joven, sin barba y rubicundo... le honró como a Dios con su regalo de incienso, oblación digna de la divinidad. El tercero, negro y muy barbudo, llamado Baltasar..., con su regalo de mirra dio testimonio del Hijo del hombre que iba a morir".



El primer intento por darles nombres los llama: Homizda, rey de Persia, Yazdegerd, rey de Sabá, y Perozad, rey de Arabia, nombres atribuidos en el siglo IV al escritor sirio Efrén. Otros autores los atribuyen a la obra siria del siglo VI, Cueva de Tesoros. En el siglo VI d. C., el evangelio Armenio de la Infancia, (C.A.) identifica a los magos con los nombres y procedencia que han prevalecido en Occidente: Melkon, rey de los persas; Gaspar, de los indios, y Baltasar, de los árabes. Hubo de pasar mucho tiempo antes de que el rey negro hiciera su aparición en el arte. Esta presentación de las tres razas de alguna manera interpreta la intencionalidad del relato mateano de los magos: la venida de Jesús no es exclusivamente para el pueblo de Israel. La universalidad del mensaje de Jesús está presente en este episodio. Los magos prefiguran a los cristianos gentiles que habían sido atraídos por Jesús, aunque ellos, por nacimiento, no tenían más que la revelación de Dios en la naturaleza.


En cuanto al número de los magos o a su condición real, no hay referencia alguna en el evangelio de Mateo. Como hemos visto, el apócrifo evangelio armenio de la infancia nos habla de tres. También la versión etiópica del protoevangelio de Santiago consigna el número de tres Magos con nombres etíopes: Tanisuram, Malik y Sissebá. La tradición oriental ponía doce magos y entre ellos los armenios llegaron hasta quince. En las catacumbas de Pedro y Marcelino aparecen dos; cuatro en el fresco del siglo IV de la catacumba de santa Domitilla. Finalmente prevaleció en la tradición de occidente el número de tres, basándose en los tres regalos que presentaron los magos al Niño: oro, incienso y mirra.

Los camellos sin duda fueron retomados del profetas Isaías 60,6: Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Medián y de Efá. Vienen todos de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.

Las representaciones de los magos ante el pesebre aparecen mucho antes que las de los pastores, cuyos primeros dibujos datan del siglo IV en las catacumbas de los santos Pedro y Marcelino, acompañando a los magos. En los evangelios apócrifos los magos ocupan un lugar preferencial. Sus restos han viajado por muchas ciudades. En la catedral de Colonia se encuentran sus reliquias, a donde fueron trasladadas en 1162 como parte del botín cuando Federico Barbarroja asoló a Italia. En el santoral de Colonia se encuentra una nota necrológica que indica lo que la religiosidad popular ha creado al rededor de estas figuras, que el evangelista hace desaparecer después de su adoración al Niño de Belén: "Habiendo sufrido muchos juicios y fatigas por el evangelio, los tres sabios se encontraron en Sevá (Sebaste, en Armenia) el año 54 d. C. para celebrar la fiesta de Navidad. Poco después de la celebración de la misa, murieron: san Melchor, el 1 de enero, a la edad de ciento dieciséis años; San Baltasar, el 6 de enero, a la edad de ciento doce años, y san Gaspar, el 11 de enero, a la edad de ciento nueve años" .
Mateo prefigura en los Magos a los cristianos gentiles que reciben y aceptan el mensaje de Jesús, puesto que el Reino se ofrece a todos los pueblos y no sólo a los judíos.



4.2.-LA ESTRELLA:

Pasamos ahora a referirnos a la Estrella. El Evangelio de Mateo nos dice que los magos afirman haber visto "su estrella", lo que los motivó para ir a Jerusalén en busca del rey de los judíos y que ésta los guía de Jerusalén hasta Belén, sin que sea posible afirmar que hubieran seguido la estrella desde su lugar de origen hasta Jerusalén.


Para los contemporáneos del evangelista no era cosa rara la afirmación de que una estrella anunciara el nacimiento del rey de los judíos, ni que esta estrella los hubiera guiado hasta Belén. Virgilio cuenta que una estrella guió a Eneas al lugar en que debía fundarse Roma (Eneida II, 694). Flavio Josefo habla de una estrella que se detuvo sobre Jerusalén y de un cometa que se mantuvo durante un año cuando cayó la ciudad. Se habla de la aparición de una nueva estrella como anuncio de los nacimientos de Mitrídates y de Alejando Severo.

También entre los primitivos americanos, los astros eran presagio de un futuro funesto o halagüeño. León-Portilla nos habla de fenómenos celestes que anunciaron a los mayas y aztecas la proximidad del descubrimiento de América:

Diez años antes de venir los españoles, primero se mostró un funesto presagio en el cielo. Una como espiga de fuego, una como llama de fuego, una como aurora se mostraba como si estuviera goteando, como si estuviera punzando el cielo. Se veía ancha de asiento, angosta en la punta. Llegaba hasta el centro del cielo. Alcanzaba al cielo. Se mostraba allá en el oriente. Aparecía a la medianoche, se manifestaba, permanecía hasta el amanecer y desaparecía cuando llegaba el sol. Duró un año mostrándose. Comenzó en el año 12-Casa. (Visión de los vencidos)

¿A qué fenómeno astral se refiere Mateo? Ya hemos visto como Mateo utiliza referencias al Antiguo Testamento en su evangelio. Al hablar de la estrella, es muy posible que el autor haga una alusión a la profecía de Balaán que encontramos en el libro de los Números 24,17.

Lo veo pero no es ahora;
lo contemplo, pero no será pronto.
Avanza la constelación de Jacob
Y sube el cetro de Israel.


El marco es la intriga de Balak, rey transjordano de Moab, que, temeroso de los israelitas liberados de Egipto por Moisés, quería destruirlos. Para llevar a cabo su propósito, el rey Balak llamó a un famoso vidente llamado Balaán para que maldijera a Israel, pero Balaán profetizó en favor de Israel, haciendo fracasar los planes hostiles del rey Balak. Balaán formuló oráculos que predecían la grandeza futura de Israel y la aparición de su regio caudillo. En otras palabras, el malvado rey quiso valerse del mago extranjero para destruir a su enemigo, pero de hecho el mago honró al enemigo. Evidentemente, esto está muy próximo al relato de Herodes y los magos.


Herodes, como Balak que quería destruir al pueblo de Israel, quiso valerse de los magos para conocer el lugar en donde estaba el niño y matarlo. Sin embargo, los magos no ayudan a Herodes, como Balaán llegó de Oriente hasta el rey para desbaratar sus planes. Además, Balaán predijo que aparecería una estrella, (astron según la versión LXX) como símbolo del Mesías; y los magos vieron la estrella, aster que en su aparición simbolizaba al Mesías.
Algunos críticos han objetado que la base histórica de este relato fue la aparición de la monarquía davídica, dos siglos después de Moisés. Sin embargo, en el judaísmo anterior a Jesús se había aplicado este pasaje al Mesías, rey ungido, de quien es prefiguración el rey David.
El protoevangelio de Santiago, evangelio apócrifo ya citado, es más explícito que Mateo en cuanto a la referencia a la estrella. Dice: Herodes interrogó a los magos con estas palabras:


`¿Cuál es la señal que habéis visto en relación con ese rey nacido?'

Respondiéronle los magos: `Hemos visto un astro muy grande que brillaba entre las demás estrellas y las eclipsaba, haciéndolas desaparecer. En ello hemos conocido nosotros que a Israel le ha nacido un rey y hemos venido con intención de adorarle'.

Desde muy antiguo, (parece que el protoevangelio de Santiago apareció entre los siglos II y III) se afirmaba como hecho cierto que hubo un fenómeno que señaló el nacimiento de Jesús. ¿Cuál sería este fenómeno? Veamos entonces algunas hipótesis que pretenden explicarlo desde el punto de vista de la astronomía.

Desde los tiempos de Kepler en el siglo XVII se han hecho estudios astronómicos sobre los fenómenos celestes que tuvieron lugar en la década anterior al nacimiento de Jesús es decir, del 14 al 4 a. C. Se han propuesto tres teorías, la más importante de las cuales es la última.
1 Una estrella nueva o supernova. Esta explicación responde a la descripción del evangelio de Mateo. Una supernova es una estrella débil o muy distante, en la que tiene lugar una explosión, de modo que durante algunas semanas o meses da mucho luz. Parece que durante la dinastía China de Han, hay una noticia sobre un fenómeno celestial que apareció durante los meses de marzo/abril del año 5 a. C. y para algunos astrónomos puede haber sido una supernova. Por tanto el brillo de una nova pudo haber impresionando a los magos, pero una nova o supernova no se ha visto mover en el firmamento.



2 Un cometa. Los cometas siguen un camino regular, elíptico, al rededor del sol. Cuando están en la parte más distante de su órbita, son invisibles desde la tierra; pero cuando están más cerca del sol y de la tierra, pueden llamar la atención, sobre todo si arrastran una cola luminosa de gases de polvo.
El cometa Halley registra apariciones cada setenta y siete años, y se han registrado desde el año 240 a. C. Por cálculos astronómicos sabemos que hizo su aparición en el 741-742 después de la fundación de Roma, o sea, el 12-11 a. C.


La interpretación de la estrella de Mateo como un cometa tropieza con muchas dificultades. En primer lugar, un cometa no es una estrella. Además en la antigüedad se pensaba que la aparición de un cometa era signo de una catástrofe, de manera que no sería normal interpretar su aparición como augurio del nacimiento de una figura salvadora. En tercer lugar, el 12 a. C. estaría muy lejos de la fecha aproximada del nacimiento de Jesús, 6 a. C. Es posible que la aparición del cometa Halley en el año 12 a. C. y la venida de embajadores extranjeros dos años más tarde para aclamar al rey Herodes con motivo de la terminación de Cesarea Marítima, hayan sido combinados en el relato del evangelio sobre la estrella y los magos de Oriente.
Algunos astrónomos hablan de otro cometa mencionado por los astrónomos chinos, que apareció en el año 5 a.C.



3 Una conjunción planetaria. Júpiter y Saturno son, entre los planetas visibles, los más lentos en su órbita alrededor del sol. En el curso de esas órbitas los planetas se cruzan cada veinte años y al cruzarse se dicen que están en conjunción. Mucho más raramente sucede que un tercer planeta, Marte, pase durante la conjunción de Júpiter y Saturno o poco después, de modo que los tres planetas estén en conjunción. Kepler observó este fenómeno en 1604 y calculó que se repite cada 805 años y que había sucedido en el 7-6 a. C. Por cálculo sabemos que los tres puntos culminantes de la conjunción de Júpiter y Saturno ocurrieron en mayo/junio; septiembre/octubre y diciembre del 7 a. C. una extraña conjunción triple, y que Marte pasó muy cerca al año siguiente. Esta gran conjunción de Júpiter y Saturno tuvo lugar en la constelación zodiacal de Piscis. (Ver imagen del cielo en Belén el 25 de diciembre del año 7 a. C. en la página siguiente).

Ferrari-D’Occhieppo sugiere que los magos, descendientes de los antiguos sacerdotes del culto al dios Marduk, conocían las esperanzas hebreas sobre el advenimiento del Mesías y cuando observaron el 15 de septiembre del año 7 a. C. la conjunción planetaria de Júpiter y Saturno, partieron hacia Jerusalén; el 12 de noviembre de ese mismo año, cuando marchaban de Jerusalén a Belén, Júpiter apareció sobre el horizonte en la misma dirección que ellos iban, de tal manera que parecía que fuera delante de ellos. Rápidamente apareció Saturno, en el eje del cono zodiacal apuntando aparentemente hacia Belén.


Piscis es una constelación que se relaciona con los judíos; Júpiter se asocia al gobernador del mundo, y Saturno es la estrella de los amorreos de la región sirio-palestina. Se ha dicho que esta conjunción pudo llevar a los astrólogos partos a predecir que aparecería en Palestina, entre los judíos un gobernador del mundo. Pero es totalmente especulativo porque de hecho, no tenemos pruebas contemporáneas de que semejante conjunción de planetas se denominara "estrella" ni de que se le atribuyera ningún efecto astrológico especial.


El investigador E. L. Martin en su libro “Star” piensa que la conjunción de los planetas Venus y Júpiter que apareció como una estrella de la mañana en agosto 12 del año 12 a. C. y como estrella de la tarde en Junio 17 del año 2 a. C. sirvió para orientar a los magos.
No hemos pretendido, con todo esto, afirmar o negar la historicidad del relato de los magos y su estrella. Es posible pensar que algún fenómeno especial hubiera coincidido con el mayor acontecimiento de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios, y la tradición oral hubiera conservado esta asociación. También es posible que el evangelista hubiera sido testigo de fenómenos astronómicos de gran trascendencia (el cometa Halley que por su periodicidad pudo aparecer algunos años antes de la escritura del evangelio) y al escribir su obra, teniendo en cuenta la profecía de Balaán, lo insertara en su episodio como lo encontramos hoy. De todas maneras, como dijimos al principio, lo esencial del evangelio es su mensaje teológico: el relato de los magos quiere hacer resaltar el carácter mesiánico del Hijo de David, nacido en Belén. Mientras el judaísmo recibe las luces necesarias para descubrir en Jesús al Mesías esperado renuncia a su posición privilegiada para ir a su encuentro, los gentiles, representados en los magos, supieron entender el símbolo de la estrella y le tributan los honores de rey de los judíos. El judaísmo le vuelve la espalda, y el paganismo lo acepta como enviado de Dios. El universalismo del mensaje de Jesús es parte esencial de todo el evangelio de Mateo.



Hemos visto hasta aquí como cuando armamos el pesebre unimos varias tradiciones del Antiguo y del Nuevo Testamento, todas ellas encaminadas a explicarnos quién es ese niño que nace en Belén y el significado de su nacimiento. Sin embargo, fabricar un pesebre hoy en nuestros hogares, en nuestro barrio, en nuestra pequeña comunidad, sigue teniendo sentido si sabemos dárselo.


María recostó al niño en un pesebre porque no había lugar en el alojamiento. ¿El pesebre que fabricamos es realmente un lugar adecuado para el nacimiento de Jesús? No se trata de continuar las tradiciones antiguas, sino de manifestar por medio de ellas los verdaderos sentimientos de la comunidad cristiana que espera con impaciencia la llegada del "Príncipe de la paz", del "Maravilloso Consejero", del "Salvador".


Si no hay amor no hay pesebre, aunque lo fabrique Ud., dice un hermoso villancico. Realmente, el pesebre nos invita a deponer los odios y rencores, a reconocer en la sonrisa tierna y acogedora del niño del pesebre las caras tristes o alegres de todos los niños del mundo; a reconocernos todos los hombres como iguales: ricos y pobres, doctos e ignorantes, niños y adultos, cristianos y gentiles, pastores y magos, porque para todos ha nacido el Niño. Dios invitó a TODOS al pesebre: a Herodes, a los sacerdotes, a los escribas y a los fariseos; pero únicamente fueron los pastores y los Magos.


Hoy nos sigue invitando a todos para doblar la rodilla ante el pesebre; y construimos nuestro pesebre; pero ese pesebre estará muerto si no reconocemos al Niño en los cinco mil millones de caras humanas que nos rodean.


4.3.-SANTA CLAUS VS SAN NICOLAS:

Poco se sabe con certeza de San Nicolás mas allá de los siguientes datos: nació en Parara de Licia, una antigua provincia del Asia Menor; en su juventud hizo una peregrinación a Egipto y Palestina. Poco tiempo después de su regreso fue nombrado obispo de Mira, capital de Licia, junto al mar Mediterráneo; echado en prisión durante la persecución de Diocleciano por confesar su fe, fue liberado al subir al trono el emperador Constantino.
Posiblemente San Nicolás participó en el Concilio de Nicea en el año 325, donde se condenó la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Jesucristo y se instituyó el credo Nicenciano, el cual es una fuente para el credo posterior que se reza en las misas dominicales. Por otra parte, su nombre no aparece en las antiguas listas de los obispos que participaron en el concilio.
San Metodio afirma que "gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal". San Nicolás tomó también medidas severas contra el paganismo y lo combatió incansablemente.



Su celo por la justicia es legendario. Cuando el gobernador Eustacio había sido sobornado para condenar a tres inocentes, Nicolás se presentó en el momento de la ejecución, detuvo al verdugo y puso en libertad a los prisioneros. Reprendió entonces a Eustacio, hasta que éste reconoció su crimen y se arrepintió. En esa ocasión habían presentes tres oficiales que mas tarde, al verse ellos mismos en peligro de muerte le rezaron a San Nicolás. Esa misma noche el santo se apareció en sueños a Constantino y le ordenó que pusiese en libertad a los tres inocentes. Constantino interrogó a los tres y al darse cuenta por ellos de que habían invocado a San Nicolás, los envió libres al santo obispo con una carta en la que le rogaba que orase por la paz del mundo. Durante mucho tiempo ese fue el milagro mas famoso de San Nicolás, y prácticamente lo único que se sabía de él en la época de San Metodio quién murió en el 847.

Devoción a San Nicolás

Después de su muerte el 6 de diciembre, de 345 o 352, creció su devoción y aumentaron los reportes de sus milagros. Se convirtió en el patrón de los niños y marineros. En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla en su honor. Su popularidad en esa ciudad (hoy día Estambul) se propagó por todo el Cristianismo. Fue nombrado patrono de Rusia y, gracias a los zares, su devoción aumentó hasta tener mas iglesias dedicadas a su nombre en Rusia que ningún otro santo fuera de la Virgen María. Es interesante que San Nicolás es popular en Rusia siglos antes de que fuera conocido en el continente Americano.


En Alemania la devoción a San Nicolás comenzó bajo Otto II, posiblemente por su esposa Theophano, quien era griega. El obispo Reginald de Eichstaedt (991) escribió "Vita S. Nicholai."
El 9 de mayo, de 1087 sus huesos fueron rescatados de Mira que había caído bajo la invasión musulmana. Se llevaron a Bari, en la costa adriática de Italia. Fue posiblemente en ese tiempo en que se propagó su devoción en Italia donde se le conoce como San Nicolás de Bari. Sus reliquias todavía se preservan en la Iglesia de San Nicola de Bari, Italia. En Mira, se decía que "el venerable cuerpo del obispo, embalsamado en el aceite de la virtud, sudaba una suave mirra que le preservaba de la corrupción y curaba a los enfermos, para gloria de aquél que había glorificado a Jesucristo, nuestro verdadero Dios". El fenómeno no se interrumpió con la translación de los restos; según se dice, un aceite conocido como el
Manna di S. Nicola, sigue brotando de su cuerpo.

San Nicolás es honrado como patrón en los siguientes lugares: Rusia; Nápoles y Sicilia, Italia; Campen, Holanda; Freiburg en Suiza; Lorena; la Diócesis de Liège; también en ciudades de Alemania, Austria y Bélgica. En diferentes lugares es patrón de marineros, mercantes, panaderos, niños y viajeros. Los marineros del mar Egeo y los del Jónico, siguiendo la costumbre del oriente, tienen una "estrella de San Nicolás" y se desean buen viaje con estas palabras: "que San Nicolás lleve tu timón". Su imagen se representa en el arte en diferentes formas según sus milagros.


En Demre (Turquía), la Basílica de San Nicolás está ahora en ruinas y hay dudas sobre cual es su tumba original. Ya no quedan cristianos en la ciudad, pero los negociantes musulmanes han fundado una organización caritativa en su honor que cada año da un premio de paz.

De San Nicolás a "Santa Claus"

Tratándose de un santo muy popular no faltaron las maravillosas historias que se acumularon a través de los siglos..
Leyenda de los marineros.


Durante una hambruna, el santo pidió que se organice una flota para llevar grano a un pueblo que sufría hambre. La flota sobrevivió una terrible tormenta gracias a la bendición del obispo. En otra ocasión, San Nicolás convenció a unos mercaderes para que entregasen todos los alimentos que tuviesen en su barca. Al llegar a su destino, estos encontraron todos los alimentos en su lugar original.

Leyenda de las tres doncellasSe cuenta que en la diócesis de Mira un vecino de San Nicolás se encontraba en tal pobreza que se decidió a exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para ellas.... Sin dinero no podían pagar la dote de una, por lo que ninguna se podía casar. Para evitar aquel inhumano lenocinio, San Nicolás tomó una bolsa con monedas de oro y, al amparo de la oscuridad de la noche, la arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre. Con el dinero se casó la hija mayor. San Nicolás hizo lo mismo para favorecer a las otras dos hermanas. En la segunda ocasión, tras ser tirada la bolsa sobre la pared del patio de la casa del pobre, esta se enredó en la ropa que se tendía para secar... El padre se puso al acecho en la ventana, descubrió a su bienhechor y le agradeció su caridad.
Se narra también que San Nicolás resucitó a tres niños que habían sido asesinados y desechados en un barril de sal. (Vea la imagen superior) Las antiguas leyendas de los niños y los regalos por la chimenea y las medias dieron lugar en Alemania, Suiza y los Países Bajos a la leyenda del "niño obispo" y sobre todo a la costumbre de que San Nicolás trae secretamente regalos para los niños el 6 de diciembre, día en que la Iglesia celebra su fiesta. Dicha costumbre fue popularizada en los Estados Unidos por los protestantes holandeses de Nueva Amsterdam, que convirtieron al santo "papista" en un mago nórdico. Su nombre fue abreviado, no solo a San Nic, sino también a Sint Klaes o Santa Claus.



Lamentablemente el Santa Claus moderno ha sido paganizado. La mitra de obispo fue remplazada por el hoy famoso gorro rojo, su cruz pectoral desapareció por completo. Se mudó de Turquía al Polo Norte, de donde viene por la nieve con venados.

El Santa Claus pagano cautivó la imaginación de agentes publicitarios en el occidente. Como San Nicolás era obispo, se le representa vestido en rojo. Eso le gustó a los magnates de la Coca Cola ya que ese es también el color publicitario de esa corporación. Comenzaron a usarlo en una campaña publicitaria pre Navideña .

Hoy día, "Santa Claus" se utiliza para vender toda clase de cosas y casi nadie recuerda su verdadera historia. Es hora que los cristianos recuperemos nuestro santo y le enseñemos a nuestros niños que la Navidad es la celebración del Nacimiento de Dios hecho niño. Recordemos pues que San Nicolás fue un santo obispo que se preocupaba por los pobres, especialmente los niños y se hizo famoso por su caridad.


El ejemplo de San Nicolás nos enseña a ser generosos, a dar a los que no tienen con discreción, con un profundo amor al prójimo. Nos enseña a estar pendiente de las necesidades de los demás, a salir de nuestro egoísmo, a desprendernos no sólo de nuestras cosas materiales, sino también de nuestra persona y de nuestro tiempo. La Navidad es un tiempo propicio para imitar a San Nicolás en sus virtudes. Cada año, parece como si el espíritu de Nicolás efectivamente viniera a la tierra y se introdujera a todas las casas de manera misteriosa (tal vez, por la chimenea) influyendo en todas las personas, que en esta época se muestran más dispuestos que nunca a dar regalos, a desprenderse de lo propio y a ayudar a los demás. Seguramente, San Nicolás ha de sonreír desde el Cielo, al ver cómo la gente se vuelve generosa y desinteresada, ocultando su identidad detrás de la imagen exagerada y graciosa de él mismo.Debemos vivir las tradiciones y costumbres navideñas con el significado interior y no sólo el exterior para preparar nuestro corazón para el nacimiento de Jesús.San Nicolás fue un santo que vivió la virtud de la generosidad, a quien debemos imitar en la Navidad.


4.4.-El Árbol De Navidad

En el Antiguo Testamento el árbol tiene un significado especial: bajo los árboles sagrados se celebraban reuniones, juicios y asambleas del pueblo (Jue 4,5; 1 Sam 14,2; 22,6) Desde los tiempos proféticos el árbol ocupa un lugar de privilegio: Vendrá a ti el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estrado (Is 60,13). También la figura del retoño del tronco de Jesé la emplean los profetas en el anuncio del Mesías (Is 11,1).


En el mundo pagano se encuentran varias tradiciones: entre los germanos, el dios Odín había permanecido colgado de los pies de un pino en el solsticio de invierno. Los druidas honraban a sus dioses atando a las ramas manzanas doradas y otras ofrendas. Virgilio en las Geórgicas, menciona la usanza romana de colgar en pinos máscaras de Baco como un medio de asegurar la fertilidad. Los orígenes del árbol de Navidad se remontan para algunos hasta San Bonifacio, quien convirtió al cristianismo a los alemanes en el siglo VII, cortando la encina sagrada de Geismar, en Hesse, a fin de acabar con el culto a los árboles. Martín Lutero contribuyó mucho a su popularización.


Cuando el arbolito se hizo más popular como elemento de decoración de Navidad, surgieron muchas leyendas piadosas para explicar su origen. Una nos cuenta que en la noche en que nació Cristo todos los árboles de un bosque cercano florecieron y dieron fruto a pesar del hielo y de la nieve. Entre los ingleses se narra que, habiendo llegado José de Arimatea a Wyralhill, plantó allí su báculo en el suelo que se convirtió en un árbol que florecía en invierno; hay quienes lo identifican con el espino de Glastonbury, que florece en Navidad.


En diversas partes de Europa se cortaban ramas de espino y de cerezo y se colocaban en lugares abrigados para que florecieran en Navidad. Algunas familias traían a sus casas árboles enteros para competir con sus vecinos sobre los capullos más bellos. Esta costumbre es para algunos el origen de los actuales árboles de Navidad, pues en un principio en Alemania se decoraban los árboles con manzanas, cintas y flores de papel hasta que las bolitas de vidrio reemplazaron estos adornos.


En el siglo XVI, en Alemania, se adornó el árbol de Navidad como hoy lo conocemos. A Estados Unidos llegó por medio de los soldados alemanes durante las guerras de la Independencia. Los primeros adornos que se colocaron en los árboles en Alemania, fueron galletas con figuras de muñecos o de animales, adornadas con colores; durante la primera guerra mundial los soldados norteamericanos enviaron a sus casas estas galletas como presente de Navidad, y los familiares resolvieron colgarlas de los árboles. El colorido que tomaron los árboles, inspiró los adornos modernos. Cuando arreglamos hoy el árbol de Navidad en nuestras casas, no podemos dejar de lado el sentido cristiano que él tiene. En el Nuevo Testamento el árbol frondoso es imagen del Reino de los Cielos (Mc 4,30-32 y paralelos). Por otra parte, el árbol, el tronco o las coronas de muérdago se convierten en la presencia de la naturaleza al rededor del pesebre. No sólo los hombres se alegran con el nacimiento del Niño; también la naturaleza; porque así como toda ella fue afectada por el pecado del hombre, del mismo modo participa también de la redención que se inicia en el pesebre.


Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las velas por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.Las esferas y sus colores, actualmente simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento:

· azules simbolizan oraciones de arrepentimiento
· plateadas, de agradecimiento
· doradas, de alabanza
· rojas, de petición



Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.También se suele adornar con diversas figuras el árbol de Navidad. Éstos representan las buenas acciones y sacrificios, los “regalos” que le daremos a Jesús en la Navidad.Para aprovechar la tradición: Adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el Adviento, explicando a los niños cada simbolismo. Los niños pueden elaborar sus propias esferas (24 a 28, dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada una. Conforme pasen los días, las van colgando en el árbol de Navidad hasta Nochebuena.Algo que no debes olvidarLas tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.


-Tras todo esto espero sea de gran ayuda para vivir mejor este maravilloso tiempo de la navidad, de una forma cristiana y alegres porque recordamos el hecho de que nos va a nacer la luz del mundo, una fiesta no de consumo sino de paz, alegria y felicidad una fiesta donde el invitado de honor es Cristo y en torno a él todos los demás giramos, una fiesta donde el consumismo materialista predominante en el mundo moderno ha sido vencido por el corazón puro de los fervientes católicos.

¡DIOS LES BENDIGA !


Fuente:

http://www.mercaba.org/
http://www.es.catholic.net/
http://www.corazones.org/
http://oracion.arkhaios.com/
http://ec.aciprensa.com/n/navidad.htm
http://www.apologetica.org/histradnav.htm


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