Los ataques bíblicos contra las imágenes representativas de Dios no quieren indicar que Dios no nos haya dejado ninguna imagen sensible de sí mismo. Según
a. La tradición sacerdotal
Surgida a partir
“Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que mande a los peces del mar y a las aves del cielo, a las bestias, a las fieras salvajes y a los reptiles que se arrastran por el suelo. Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: Sean fecundos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla” (Gén 1,26-28).
Más adelante la misma tradición sacerdotal vuelve varias veces sobre el mismo tema (Gén 5,1; 9,6). Según esta tradición, el hombre es el vértice de la acción creadora y de la pirámide de los seres creados. El hombre considerado en una unidad profunda y totalizante, varón y mujer. Todo el hombre y todos los hombres han sido creados a imagen divina. Ello es la afirmación básica de estos textos.
En qué consiste esa semejanza con Dios es ya más difícil de precisar. En
Una de ellas es el dominio real
También se encuentra una relación implícita a la cultura de la época según la cual el rey era considerado imagen de Dios en cuanto representante suyo ante el pueblo; de igual modo, pero con una visión muchísimo más amplia, el hombre, la humanidad, es aquí considerada representante del señorío divino sobre la tierra.
Parece que también en estos pasajes se quiere afirmar el carácter dialogal de la existencia humana frente a Dios, de quien el hombre es interlocutor y compañero de profundas relaciones. El hombre es algo muy superior al resto de la creación, tanto, que es capaz de sentirse en cierta manera semejante a su Creador y poder así dialogar con él. No es igual a Dios, pero sí es copia de Dios, una copia semejante y fiel. Por ello precisamente se ve colocado en una postura de dominio sobre las creaturas de Dios. Es constituido por el Creador
El tema bíblico
Nombrar la semejanza divina expresamente
La semejanza original
El salmo 8, 4-9 es un comentario al texto del Génesis, en el que el salmista celebra la grandeza
b. La literatura sapiencial
En los libros sapienciales encontramos dos nuevos textos sobre el tema: Eclesiástico 17 y Sabiduría 2.
El primero de ellos repite tradiciones antiguas, aunque insistiendo en el aspecto de la conciencia y la inteligencia:
“De la tierra el Señor creó al hombre... y le dio poder sobre las cosas de la tierra. Los revistió de una fuerza como la suya, haciendo a los hombres a su imagen... Les dio conciencia, lengua y ojos y una mente para pensar. Los llenó de sabiduría e inteligencia, les enseñó el bien y el mal. Puso en sus mentes su propio ojo interior para que conocieran la grandeza de sus obras...” (Eclo 17, 1-8).
El libro de
Aquí el sentido de la imagen se explica por el hecho de la inmortalidad, cosa que no se pensaba cuando se escribió el trozo
Nuevo también es afirmar que la muerte entró en el mundo por obra de Satanás y que tienen una triste experiencia los que se someten a su influencia.
c. La teología paulina
Pablo, siguiendo y desarrollando la tradición de las primeras comunidades, interpretó el sentido de la imagen en un sentido cristológico. Partiendo de la concepción de Cristo
Cristo imagen del Padre
En la carta a los Colosenses Pablo copia lo que seguramente ya era un himno cantado por los cristianos: “El es la imagen del Dios que no se puede ver, el Primogénito de toda la creación, ya que en él fueron hechas todas las cosas: las del cielo y las de la tierra, lo visible y también lo invisible, ya sean gobiernos, autoridades, poderes o fuerzas sobrenaturales. Todo está hecho por medio de él y para él. El existe antes que todas las cosas y todo se mantiene en él” (Col 1, 15-17).
La afirmación central subraya la relación fundamental que liga a Jesús con el universo: todo ha sido creado en él, mediante él y para él. Todo encuentra en él su consistencia actual. Precisamente por eso se dice de Jesús que es imagen de Dios invisible y primogénito de toda criatura.
En Jesús de Nazaret, el “Dios que nadie ha visto jamás” (Jn 1,18) se ha hecho visible. El lo ha dado a conocer, no a través de una vaga y general semejanza, sino por una radical reproducción de la realidad divina. El es el revelador definitivo y perfecto de Dios.
Otro punto claro de referencia para explicar el significado de imagen de Dios atribuida a Cristo aparece en 1 Cor 4,4, donde Pablo afirma que los incrédulos, cegados por Satanás, son incapaces de “ver el resplandor del Evangelio glorioso de Cristo, que es imagen de Dios”. Más adelante afirma que “
El autor de la carta a los Hebreos, de la escuela de Pablo, dice de Jesús que “es el resplandor de
Los hombres imagen de Cristo
Dice la carta a los Romanos: “Dios los eligió primero, destinándolos desde entonces a ser
En 1 Corintios 15 el apóstol establece una contraposición entre el primer hombre y Cristo, nuevo Adán. Los dos son principio fontal de humanidad. Pero la vieja humanidad ha producido pecado y muerte. La nueva humanidad unida a Cristo reproducirá su imagen de resucitado: “Así
Pablo no reduce la semejanza con Cristo al futuro último. En 2 Corintios 3,18 sitúa en el presente el cambio de los cristianos que, contemplando la gloria
En la misma línea se coloca Colosenses 3,9s: “Ustedes se despojaron
Algo parecido dice Efesios 4,22-24: “Revístanse
El Adán del Génesis era sólo una “figura
Ser imagen de Dios en Cristo es al mismo tiempo esperanza y experiencia presente, don acogido y compromiso responsable. Se trata de un camino ya iniciado a través de la experiencia histórica de fe y de amor de los creyentes, pero que esperamos completar llegando a la meta final, ya que Cristo es fiel.
FUENTE: IDOLATRIA EN
J.L. CARAVIAS.
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