8.-TRABAJAN POR EL REINO DE DIOS:
-Cuando uno se hace Sacerdote, se hace para trabajar por y para el Reino de Dios. Los cristianos católicos sabemos que en esta vida hay mucho más que las cosas materiales y los placeres. Por tanto, en la vida de un sacerdote, él busca la manera de servir a Dios y a los demás. La mayoría de las personas le sirven a Dios en el estado de vida matrimonial o siendo solteros, y esas son vocaciones maravillosas. Pero algunos son llamados de manera especial a servir a Dios y a la comunidad. Son llamados a ser sacerdotes. Son llamados a ser instrumentos de la gracia de Dios, portadores de su perdón, predicadores de
20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando
9 ya que somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios, edificación de Dios. 1Cor 3:9
7 En cuanto a mí, de todo os informará Tíquico, el hermano querido, fiel ministro y consiervo en el Señor,
8 a quien os envío expresamente para que sepáis de nosotros y consuele vuestros corazones. Colosenses 4:7-8
9.-VOTOS Y TIPOS DE SACERDOCIO:
SACERDOTE DIOCESANO:
Jesucristo ha querido llamar a algunos hombres para que continúen su misión haciendo presente su sacrificio a los hombres a través de la celebración de
Ahora bien, un sacerdote puede pertenecer a una diócesis, que es, por decirlo en modo simple, una zona geográfica en la que
SACERDOTE RELIGIOSO:
El sacerdote religioso, además de los compromisos propios del estado sacerdotal, se vincula a una congregación u orden aprobada por
El sacerdote religioso participa del carisma de su comunidad o congregación. Así, además de ejercer su ministerio sacerdotal, la labor de su congregación y la misión que le confía colorea toda su vida: atención a los enfermos, a los más pobres, educación de la juventud, formación de otros sacerdotes, investigación, etc. También pueden colaborar con los obispos diocesanos en sus parroquias.
No sé si esto te ayude a ver las diferencias. Aunque las hay, tanto religiosos como diocesanos tienen también muchas cosas en común, pues participan del único sacerdocio de Cristo y gozan de la misma fraternidad sacerdotal en las diócesis.
Puedes profundizar más en esto leyendo los documentos del Concilio Vaticano II que se llaman Presbyterorum Ordinis y Perfectae Caritatis.
VOTOS:
Un voto es una promesa solemne hecha libremente por un hombre o mujer que le entrega su vida a Dios. Los miembros de las comunidades religiosas hacen votos de pobreza, castidad y obediencia. Un sacerdote diocesano no hace un voto, sino una promesa, aunque con la misma solemnidad, de guardar la castidad y él promete solemnemente obediencia a su obispo local y a sus sucesores. Y a pesar de que no hace un voto de pobreza, se espera que viva un vida sencilla, modesta y libre de todo interés material y de todo apego al dinero y a los bienes.
Estos “Votos” son promesas que se hacen a Dios, y son regulados por la ley canónica de
Estos votos son promesas gobernadas por la ley canónica y por los documentos legislativos de la comunidad en que se hacen. Romper un voto equivale a romper una promesa hecha a Dios y es lo peor que mentir, y por tanto constituyen un pecado adicional contra el octavo Mandamiento.
10.-VOCACION SACERDOTAL:
Como en el amor humano, en la vocación sacerdotal no hay reglas absolutas. Se puede, sin embargo, tener en cuenta algunos aspectos o rasgos generales que ayudan a discernir si un joven está siendo llamado por Dios o no.
1. Vida en Gracia.
Podemos decir que el fin último del ministerio sacerdotal es lograr que todos los hombres vivan en Gracia de Dios y así se salven eternamente, como lo indica el Concilio ya citado. Para eso vivió, murió y resucitó Jesucristo Nuestro Señor, para darnos Vida Eterna. Sería por tanto una contradicción pensar en dedicar la vida entera a este fin, desde una condición permanente de pecado mortal.
Los cristianos, auxiliados por los Sacramentos, debemos y podemos vivir permanentemente en Gracia. Es por eso que recibe el nombre de Gracia Habitual. Siendo frágiles cualquiera puede en un momento dado cometer un pecado mortal y verse así privado de
Cuando un muchacho vive normalmente en pecado ya sea por vicios adquiridos o por decisiones equivocadas, como puede ser el tener una amante, no puede pensar en serio en el sacerdocio. Algunos grandes Santos han sido también anteriormente grandes pecadores, pero respondieron al llamado Divino convirtiéndose sinceramente dejando su condición de pecadores. San Agustín es un ejemplo clásico de ello.
2. Gusto por las cosas de Dios.
Muy raro sería que se manifestara una vocación en un muchacho tibio y desapegado. Por lo general, existe una inclinación, tal vez heredada y vivida en la familia, hacia lo religioso. Familias profundamente religiosas, donde Dios está presente, donde la oración es frecuente y la asistencia a Misa es gozosa y festiva, no es raro que se vean bendecidas con el llamado de alguno de sus hijos al estado sacerdotal.
El gusto por las cosas de Dios, a pesar del mal ambiente familiar, puede llegar súbitamente como un magnífico descubrimiento a partir de un encuentro con Cristo, por ejemplo en una Jornada de Vida Cristiana o un Retiro Espiritual. De pronto Dios es el personaje más importante en la existencia y todo lo que tenga que ver con El es maravilloso: Biblia, Sacramentos, catequésis, apostolado, parroquia, oración, obras de caridad, liturgia, etc... No es de extrañar, por lo tanto, que se diga: "Esto es lo mío" y piense en entrar al seminario.
3. Capacidad intelectual.
Cuando un joven ha podido terminar estudios equivalentes a la preparatoria o vocacional, está demostrando al menos dos cosas: cierta capacidad intelectual y haber tenido la disciplina suficiente para obtener un certificado. Podemos sospechar que los estudios sacerdotales no serán un obstáculo infranqueable. En el seminario se estudia mucho y por largos años. Por lo general son tres años de filosofía y cuatro de teología, aparte de un año de noviciado si el muchacho quiere pertenecer a una congregación religiosa. Es por eso que hacen falta tanto la inteligencia como la perseverancia. Los sacerdotes, al final de sus estudios, son tan profesionistas o más, que un licenciado, ingeniero o doctor. Ojalá los católicos remuneraran sus servicios pastorales al mismo nivel que pagan los servicios profesionales de un médico o un abogado...
4. Equilibrio emocional.
El ministerio sacerdotal y la vida misma en el seminario, van a someter al candidato a duras pruebas y presiones. Es por eso que se requiere de una estabilidad bien cimentada. Las personas frágiles, volubles, en extremo emotivas, desequilibradas, no son aptas para el sacerdocio y tal vez ni para el matrimonio. Cuando se tiene sobre los hombros la responsabilidad de una parroquia o la dirección de una escuela, cuando los problemas de la gente llegan por todos lados, cuando hasta las tentaciones acechan, es necesario poseer una ecuanimidad y un dominio de sí a toda prueba. Una persona sin esas cualidades será un problema permanente tanto en el seminario como ya en la vida ministerial.
5. Vida de castidad.
Relacionada con la estabilidad emocional viene la capacidad de vivir en castidad perfecta. Desde el siglo IV (386) el Papa Siricio hizo ley Eclesiástica lo que ya se venía practicando desde mucho antes: el celibato sacerdotal. Muchos cristianos, siguiendo el ejemplo de San Pablo, permanecían en el celibato para poder dedicarse completamente al servicio de Dios (I Cor.7,32-35).
En un mundo sexualizado al máximo, en donde se concede un valor absurdo e indiscutible a la actividad sexual, sea del tipo que sea, el voto de castidad parece una locura incomprensible. El mismo Señor Jesús apuntó tanto la grandeza de la castidad "por el Reino de Dios", como la incomprensión del mundo hacia esa actitud (Mt. 19,12).
Muy en contra de lo que nos bombardean los medios masivos de comunicación, la obligación de la castidad es absoluta para los solteros ("No fornicarás") y aún los casados deben comportarse dentro de su matrimonio según la ley de Dios en lo que podemos llamar "castidad matrimonial".
El candidato al sacerdocio es invitado a continuar viviendo la castidad del célibe cristiano, permanentemente, por el Reino de los Cielos. Si ya desde joven ha comprobado tristemente que no le es posible la continencia, debe antes de atreverse a emitir el voto de castidad, comprobar que ha superado esa debilidad y puede en el futuro ser fiel a su promesa.
El voto de castidad hace del sacerdote y del religioso, no solamente un hombre libre de las cargas inherentes a la vida de familia, sino también un signo impactante para el mundo, de los valores trascendentales del Reino de Dios. El que un hombre renuncie a una cosa tan de acuerdo con la naturaleza humana, como es formar una familia, supone un acto de fe formidable en
Es tal vez por eso que el sacerdote católico es un personaje permanente en novelas, películas y series televisivas. Es un hombre extraordinario, que motiva o molesta. Su celibato, el secreto de confesión, su fidelidad a su fe, lo hacen interesante de cualquier manera. Por desgracia no siempre aparece en las pantallas con veracidad. Los productores y autores son capaces de desfigurar totalmente la figura sacerdotal con tal de causar impacto: ni al Papa respetan.
En cambio los pastores protestantes no son noticia. Siendo como son hombres casados, cuando aparecen los vemos como buenas personas predicando su religión y sumergidos en todos los problemas que el matrimonio conlleva.
Es por estas razones y muchas otras, que
6. Amor a
El
6. Amor a
Podem
¿Cómo pensar en una vocación al sacerdocio que no tenga como meta la celebración de
7. Actividad Apostólica.
Se ha mencionado que el candidato, por su amor a
10.-EL SACRAMENTO DEL ORDEN EN
"Dado que, por tanto, que tengo, en las personas antes mencionadas, vio toda la multitud de que en la fe y el amor, os exhorto a estudiar para hacer todas las cosas con una armonía divina, mientras que su obispo preside en el lugar de Dios, y su presbíteros en el lugar de la asamblea de los apóstoles, junto con sus diáconos, que son los más queridos para mí, y se les ha confiado el ministerio de Jesucristo, que estaba con el Padre antes del comienzo del tiempo, y al final se reveló. ¿Os todos entonces, imitando la misma conducta divina, la remuneración respecto a los demás, y que nadie mira a su vecino después de la carne, pero vosotros continuamente unos a otros en el amor de Jesucristo. Que nada que existen entre los que podrá dividir; pero se os unidos con su obispo, y los que presiden, como un tipo y las pruebas de su inmortalidad ".
Ignacio de Antioquía, Epístola a los Magnesians, 6 (AD 110), en ANF, I: 61
"Dado que, según mi opinión, las calificaciones en
Clement of Alexandria,Stromata,13(AD 202),in ANF,II:505 Clemente de Alejandría, Stromata, 13 (AD 202), en ANF, II: 505
"Para Flavio Philagrius, y Flavio Palladius, Ducenary, Oficial del Palacio, y el Contralor, a Flavio y Antonino, Comisario de las disposiciones, y Centenario de la mayoría de mis ilustres señores prefectos de lo sagrado pretorio, estos de los presbíteros y diáconos de
Atanasio, Defensa contra los arrianos, 76 (AD 347), en NPNF2, IV: 140
"Tengan cuidado no sea que nunca has llegado como Simon expendedoras a la del Bautismo en la hipocresía, tu corazón, mientras que la no búsqueda de la verdad. Es nuestra protesta, pero es seguro que tu a ti mismo. ... Si en la fe, bendito eres tú, si has caído en la incredulidad, a partir de este día en adelante emitidos fuera tu incredulidad, y recibir todas las garantías. En efecto, en la temporada de bautismo, cuando tú eres ante los obispos, presbíteros o, o diáconos, - (forits la gracia está en todas partes, en las aldeas y en las ciudades, de ellos como de baja en ellos de alto grado, de siervos y libres, por esta gracia no es de los hombres, mas la dádiva de Dios es a través de los hombres) - enfoque el Ministro del Bautismo, pero cerca, creo que no de la cara de lo ves, pero recuerde que este Espíritu Santo, de los cuales estamos hablando ahora. Él está presente en buena disposición para sellar tu alma, y Él te dará ese sello en el que los malos espíritus temblar, una celestial y sello sagrado, como también está escrito, en los cuales habéis creído también, y fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa. "
Cirilo de Jerusalén, Catequístico Conferencias, XVII: 35 (AD 350), en NPNF2, VII: 132
"Por lo tanto, el bien del matrimonio en todas las naciones y todos los hombres está en el momento de generación, y la fe de la castidad, pero, por lo que se refiere hasta el Pueblo de Dios, también en la santidad del sacramento, en razón de que se ilegales para que deja a su marido, incluso cuando se ha puesto lejos, para casarse con otro, mientras su marido vive, no hay ni siquiera en aras de tener hijos: y, que ésta es la sola causa, por lo que el matrimonio se lleva a cabo, ni siquiera cuando esa misma cosa, por lo cual se lleva a cabo, no sigue, es el vínculo matrimonial suelto, salvo por la muerte del marido o la mujer. De la misma manera como si no llevará a cabo una ordenación de sacerdotes con el fin de formar una congregación de personas, aunque la congregación de personas que no siguen, sin embargo, sigue habiendo personas en el ordenado el Sacramento de
Agustín, Por el bien de matrimonio, 24:32 (AD 401), en NPNF1, III: 412
"Cuando un sacerdote es ordenado, mientras que el obispo es blendecido y la celebración de sus manos sobre su cabeza, que todos los sacerdotes también, que están presentes, mantenga sus manos cerca de las manos del obispo sobre su cabeza."
Concilio de Calcedonia, Canon 3 (AD 451), en DEN ,62-63
¡Dios les Bendiga!
Fuente:
http://www.corazones.org/sacramentos/orden_sac/a_orden.htm
http://www.rosario.org.mx/liturgia/orden%20sacerdotal.htm
http://www.made-inbet.net/archive/catechism_sp/p2s2c3a6_sp.html
http://www.es.catholic.net/conocetufe/365/823/articulo.php?id=8448
http://www.es.catholic.net/conocetufe/365/823/articulo.php?id=8532
http://www.bringyou.to/apologetics/apolog.htm
http://socrates58.blogspot.com/
http://www.cin.org/users/jgallegos/contents.htm
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