sábado, 17 de octubre de 2009

MORMONA A CATOLICA

MORMONA A CATOLICA:

Buen dia a todos y que la paz de Xto y María estén con todos ustedes.

Quisiera aprovechar este espacio para platicarles brevemente de cómo fue mi conversion al catolicismo hace ya 10 años.

Comienzo por decir que cuando mis papás se casaron, no lo hicieron por ninguna religión ya que por parte de mi mamá, todos eran mormones y por parte de mi papá eran católicos, asi que se tornó la situación un tanto complicada y decidieron unirse sólamente por el civil. Cuando nacemos tanto mi hermana menor como yo, nunca fuimos bautizadas y crecimos en un ambiente en el que nuestras abuelas un domingo me llevaban a una parroquia o a un templo mormón. A la edad de 8 años llegan unos jóvenes a mi casa (misioneros) y me preguntan que si quiero bautizarme, yo encantadísima de la vida les dije que sí pero nunca me dijeron a qué religión me iba yo a unir y mi mamá no tuvo la valentía de decidir por mi; cuando ella ya finalmente me explicó la forma en que me iban a bautizar y a que religión iba yo a entrar me asusté, pero era más mi temor al rechazo de mi abuela materna (que era mormona) y por esa razón decidí seguir adelante.

Nunca fui muchos domingos a la capilla y dejé de asistir por un buen tiempo hasta que a la edad de 14 años me volvieron a invitar pero en esta ocasión lo hicieron los adolescentes y jóvenes que estaban ahi. Para mí resultó muy atractivo el ver tantos chicos de mi edad participando en actividades deportivas que realizan (las conferencias lamanitas por ejemplo) y ese fue un gancho muy fuerte para mi. Tengo que ser honesta y decirles que yo creía ciegamente en lo que me decían, yo sentía que éramos gente elegida porque así nos lo hacían saber y sentir y para ellos no existe nadie más fuera de José Smith y para mi era un orgullo el poder confundir a mis compañeras de clase que eran todas católicas y hacerles creer que la Virgen ni siquiera fué Virgen y tratar de inculcarles mi creencia. Pero Dios me tenía preparada una sorpresa.

Al recordar las primeras enseñanzas de los élderes, vino a mi memoria el hecho de que Dios Padre y Dios Hijo se aparecieron a José Smith en una columna de luz y hablaron con él, pero como éra posible que ese hombre tan igual como todos nosotros pudiera haber visto la cara del Padre sin morir?? Al preguntarle a mis dirigentes lo que me contestaban era que si alguien me estaba influenciando para que yo no creyera más en su fé y de hecho ellos jamás pudieron contestarme a esa pregunta, su respuesta fue de lo más escueta y carente de todo sentido y verdad: porque él era elegido. Fui con mi abuela que era creyente al 100% y tampoco pudo contestarme. De ahi nació en mi una sed grandísima por conocer al Dios verdadero y empezé a comparar la Biblia contra la biblia que manejan ellos y encontré muchas diferencias.

Un día estando en la escuela en período de exámenes, mis compañeras me invitaron a ir con ellas a una parroquia que está cerca a la institución. Al principio me negué con miles de excusas pero lo que no estaba en mi plan, estaba en el de Dios, así que fui con ellas. Al llegar a la parroquia me dió un miedo inexplicable y dudé en entrar pero reuní valor y lo hice... Jamás habia experimentado una paz tan grande como la que ahí sentí, sin saber porqué me puse a llorar y le pedí a Dios que me diera la oportunidad de conocerlo a El y de conocer a su madre a la que por tanto tiempo ataqué sin razón. Para gloria de Dios, un año después me estaba bautizando y haciendo mi Primera Comunión, al año siguiente me confirmé y desde entonces Dios me ha tenido a su servicio como la última de sus hijas, felizmente también les comparto que después de mí, mi hermana menor se bautizó también y después de 25 años de casados, pude finalmente casar a mis padres por la Iglesia.

A lo largo de mi caminar he tenido muchas caídas, pero sé que El no me cuenta cuantas veces me he caído, sino cuantas veces me he levantado y apoyándome en su mano. Para mis hermanos mormones, espero que no tomen esto como una ofensa porque no lo es, antes los invito a que escudriñen realmente las bases de su secta y que el Espíritu Santo les envíe luz para que puedan ver con los ojos del espíritu y saber en donde se encuentran.

Ojalá que este humilde testimonio sirva para dar aliento a otras personas que piensan abandonar la Iglesia universal, antes de que los confundan: lean, busquen, infórmense y verán que es la Iglesia que Xto dejó antes de ascender a los cielos.

Con el amor de Jesús y María:

Rut Noemí

Fuente:
Catholic.net

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